Tras la llegada
masiva de inmigrantes sirios a la Unión Europea, estamos descubriendo que
países dentro de la comunidad europea se toman enserio el Estado constitucional
y cuales no aprendieron nada tras los horribles acontecimientos sucedidos en la
Segunda Guerra Mundial. En el primer caso tenemos a Alemania, que ha repartido
varios ejemplares de su constitución con 20 artículos traducidos en árabe a los
nuevos sirios. El fin de esta política, es buscar la integración social de los
nuevos miembros de la sociedad alemana; a través del conocimiento de sus
derechos y deberes. Además las declaraciones del vice canciller alemán Sigmar
Gabriel, reflejan lo que realmente es tomarse un Estado constitucional en
serio:
Aunque nadie se verá obligado a renunciar a su religión o
"cambiar su vida privada". Se espera que los recién llegados respeten
los valores democráticos, entre ellos, la separación de Iglesia y Estado, la
igualdad de género, derechos de los homosexuales y la libertad de expresión. El
antisemitismo no será tolerado. Esta una cultura de la libertad y la
responsabilidad, de derechos y deberes, que no queremos renunciar. Las personas
que vengan aquí no sólo deben aprender el idioma alemán, sino también las
reglas del juego de la convivencia.[1]
Alemania nos
está enseñando como tomarnos la democracia y los derechos en serio. A
diferencia de Hungría y Polonia donde se concibe el estatuto de persona en base
a creencias religiosas u origen étnico, como lo hicieron los fascistas a
mediados del siglo pasado. De esta manera, éstos países violentan todo
principio de derecho internacional público. Alemania, hoy por hoy, es un claro
ejemplo a seguir para todos los países del mundo.